Desafortunadamente, esta comida es tan barata, rica y adictiva que no nos damos cuenta que caemos en una adicción, y que ésta es una de las más mortales y subestimadas. Médicos expertos dicen que esta adicción es tan grave como la nicotina o la adicción a la cocaína.
Las comidas con altos niveles de grasa y azúcar trabajan en nuestros cerebros como los opiáceos (analgésicos), mientras más comemos, más queremos, y no nos sentiremos tranquilos si no lo hacemos. Esto es más frecuente con la comida chatarra por sus “calorías vacías”. Nos sentimos satisfechos por poco tiempo, pero luego, como cualquier adicción, comenzamos a sentirnos cansados, deprimidos y con hambre otra vez. ¿Te suena familiar?
Por lo sutiles que son sus efectos, la comida chatarra se convierte en una adicción peligrosa. Cuando comemos chocolates o papas fritas no vemos la obstrucción de las arterias ni los depósitos de grasa. No sentimos que ganamos peso mientras nuestros órganos se vuelven grasosos y débiles, ni asociamos el cansancio, la ansiedad, la depresión e incluso problemas en la piel con la comida chatarra que consumimos cada día. Lo peor de todo es que no parece ser una adicción y afecta a personas de cualquier edad. Niños, adultos y adultos mayores son adictos y probablemente no se llegarán a enterar y menos aún entenderán los efectos en su salud.
Nuestra adicción comienza a edad muy temprana. Los niños dejan de consumir los alimentos nutritivos que necesitan para crecer sanos. Y la obesidad infantil es sólo una parte del problema. Los niños que viven de grasas y azúcares tienen problemas de atención, crecimiento, caries dental y estructura ósea débil a una edad temprana en la vida.
Probablemente los jóvenes ya tienen incorporado en su menú diario la comida chatarra, una gran hamburguesa y una gran porción de papas fritas suele ser el almuerzo y cena de muchos adolescentes: una bomba de 1500 calorías.
Muchos jóvenes se dejan engañar por su metabolismo acelerado que los mantiene bajos de peso, pero no son conscientes de que están consumiendo enormes cantidades de alimentos altamente procesados, que carecen de nutrición, recargados de colorantes, productos químicos y conservantes que envenenan nuestros cuerpos. Se ha comprobado que las papas fritas son altamente cancerígenas. El Glutamato Monosódico no sólo ocasiona la obesidad, sino varias formas de neurotoxicidad. Y la lista continúa!!
Si de adolescentes nos salvamos de las consecuencias de esta adicción, de adultos es cuando nuestro organismo nos hará pagar la factura. Si seguimos comiendo así de forma regular estaremos en riesgo de contraer diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, hepáticas, hipertensión y otras enfermedades que llevan a ataques al corazón, derrames, insuficiencia de órganos e incluso la muerte. De hecho, las personas que mueren cada año por enfermedades del corazón (por obesidad) doblegan a las que mueren por cáncer.
Recuerda que la chatarra no sólo nos priva de los nutrientes para mantenernos sanos, sino que juega un rol activo en envenenar nuestros cuerpos.
Your CHOICE!!!
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